Mis queridos viajeros, en esta oportunidad les hablo de una aventura de montaña, sol y deliciosa playa. En mi recorrido para llegar a mi maravilloso destino, Yapascua, tuve que atravesar una montaña del parque nacional San Esteban,  aproximadamente 45 minutos hasta llegar a un hermoso paraíso, un camino lleno de gran contacto con la naturaleza y algo divertido es que encontré un perrito en el paso por la montaña que me acompaño y me guio en todo el trayecto, yo cariñosamente lo bautice Firulais.

Llegando a la parte más alta de la montaña la vista es simplemente maravillosa, puedes observar todo el mar de Yapascua, un hermoso cielo y montañas a todo alrededor. Es importante contarles que para llegar a este hermoso destino pueden llegar de dos maneras por lancha o caminando y atravesando el cerro, yo decidí la segunda opción porque deseaba una aventura de principio a fin.

Aguas cristalinas y bello juego de azules

 Luego de un trayecto bajo el sol y la humedad de la montaña llegue a mi hermoso destino, Yapascua un hermoso lugar donde me relajé en ricas aguas cristalinas y tibias, además un hermoso juego de azules espectacular que hacen parte de este increíble lugar. Es importante añadir que para ir a Yapascua debes llevar todo tu refrigerio e hidratación, en este lugar no venden nada, no existe ningún tipo de comercio porque es un lugar exclusivo para despejarse y disfrutar la naturaleza.

Yapascua es un destino de mucha paz, si te ha tocado un tiempo de mucho estrés o angustia este paraíso es un antídoto para salir renovado, relajarte, conectar contigo mismo y recargarte de energías. Mis viajeros les cuento que al nadar un poco de un tramo a otro te encuentras con la isla de Yapascua, cambia en este lugar un poco la temperatura y ya no consigues arena en esta parte sino una superficie con muchas piedritas, en la isla también hay personas que se atreven a acampar, hacer sus fogatas y pasar una noche cerca del mar.